La mejor parte de tener alguna diferencia es la reconciliación. Pedir disculpas y perdonar es un proceso que conlleva tiempo y un esfuerzo de ambas partes por querer continuar madurando una relación. Nadie es perfecto, nadie es igual a nadie por lo que es muy importante reconocer como pareja lo que los complementa, respetar los diferentes puntos de vista y enriquecerse con lo que la otra parte puede aportar en nuestra vida. A continuación presentamos algunas técnicas para trabajar la armonía en las diferencias en la relación.
Asegúrate de que la pelea se terminó:
No puedes tener ganas de reconciliarte si todavía te da vueltas en la cabeza la causa de la discusión. Solo cuando sientas que estás en paz con el tema, puedes considerar conversar sobre el mismo. De otro modo se estropeará el momento con algún reproche.
Acércate a tu pareja:
Dos personas que se pelean se alejan físicamente, entonces para comunicarse alzan la voz o gritan. Acércate a tu pareja y verás cómo el volumen de la conversación baja dando una inmediata sensación de cercanía y calma.
Mantén tu lenguaje corporal abierto:
Brazos cruzados y manos cerradas indican que no quieres un diálogo. Mantén tu lenguaje corporal abierto al otro. Deja los brazos relajados, tus manos abiertas y receptivas. Mira a los ojos del otro y sonríe amablemente. Esto quiere decir que invites al otro a acercarse a ti y a permitirte que te aproximes.
Sin interrupciones externas:
No dejes que la televisión, la radio o una interrupción inesperada rompan con la magia de esta conversación tan necesaria. Apaga todos los artefactos y asegúrate de disponer de un buen rato a solas con tu pareja. Si hay niños en la casa pide que alguien los vigile o, en último caso, inventa algo para que estén entretenidos.
Pide perdón:
No es momento de quedarse en silencio. Si tienes que pedir disculpas hazlo en ese momento, de corazón. Pedir perdón no es perder una batalla, es reconocer que una acción estuvo mal, tu pareja sabrá apreciar tu nobleza y se empezará a restablecer esa unión entre los dos.
Acepta sus disculpas:
Del mismo modo, cuando tu pareja te pida perdón, discúlpalo sin mortificarlo, de una manera sencilla y generosa. El acto de disculpar es la base de la reconciliación.
Afecto y caricias:
No escatimes besos, caricias y demostraciones de afecto, son como un bálsamo en una herida.
Celebra la reconciliación:
Es una muy buena idea hacer una celebración para dos. Una salida romántica a cenar, una noche de hotel o un fin de semana para dos. Evita salidas como el cine o el teatro, lo que necesita la pareja es comunicarse, estar enfocados el uno en el otro y restablecer la complicidad y el amor que los mantiene unidos.