Quizás alguna vez te ha pasado: Vas por la vida con determinados puntos de vista y de repente alguien te dice algo y todo cambia. Quizás ese alguien fue tu profesora. Quizás fue un extraño en la tienda. Quizás fue tu sobrina de 4 años. En una nota introspectiva de Ask Reddit, los usuarios contestaron a la pregunta: “¿Alguna Vez Alguien Te Ha Dicho Algo Que Haya Cambiado Tu Vida Por Siempre?” Y sus respuestas realmente dan de qué pensar. A continuación, sus historias:
Muchas veces tus sentimientos no son lo más importante:
Mi mamá se estaba muriendo. Una amiga me dijo:
“tienes toda tu vida para colapsarte por esto — no lo hagas al frente de ella.”
Realmente me ayudó a entender que mis sentimientos no son siempre lo más importante y que sí es posible controlar las emociones del momento para expresarlas mejor en el futuro, y esta habilidad me ha ayudado incontables veces.
Nunca es demasiado tarde:
Cuando tenía 38 contemplé la posibilidad de obtener un título en Radiografía que duraba 2 años. Estaba conversando con un amigo y ya casi me había convencido a mí mismo de que no valía la pena.
“Tendré 40 cuando obtenga el título.” Mi amigo me dijo “Si no lo haces, igual tendrás 40, pero sin un título.”
Ya tengo casi 60, y ese título ha sido la gran diferencia entre llevar una vida decente y luchar para llegar a fin de mes.
Sé la persona correcta:
Cuando era joven pensaba que estaba teniendo una conversación muy seria con mi verdadera “media naranja”, le dije que simplemente quería encontrar a la persona correcta. Inmediatamente ella me dijo:
“Todo el mundo busca a la persona correcta, pero nadie intenta ser la persona correcta.”
Eso me dejó deslumbrado. Lo que me dijo cambió completamente mi forma de ver el amor, antes pensaba que tenía que dedicar mi vida a encontrar a mi pareja perfecta, pero a partir de ahí decidí que me dedicaría mejor a ser la mejor persona y pareja que podía ser.
Todo depende desde donde se mire:
Conocí a una persona que estaba en una silla de ruedas. Él contó una anécdota acerca de una vez que alguien le preguntó si era difícil estar confinado a una silla de ruedas. Él contestó,
“No estoy confinado a una silla de ruedas – soy libre gracias a ella. Si no fuera por mi silla de ruedas estaría postrado en cama y nunca podría salir de mi casa, ni siquiera de mi cuarto.”
Increíble como todo depende de la perspectiva desde la cuál se miren las cosas…
Ninguno de nosotros piensa mejor que todos nosotros juntos:
“Todo el mundo que conoces sabe acerca de algo que tú no sabes.”
Mi abuelo me dijo esto, y es un buen recordatorio de que estoy rodeado de maestros.
No siempre es simplemente un regalo sencillo:
Mi padre me dio una vez un dólar a mi hermano y a mi sin razón alguna. Yo me reí y dije “Papá, es sólo un dólar, quédatelo tú.” Él se enojó muchísimo y me dijo:
“Nunca intentes devolver nada de lo que alguien te da. Podría ser todo lo que te puedan dar y puede significar un gran sacrificio para ellos.”
Me sentí como un completo idiota, y realmente me vendría bien ese dólar en este momento.
Está bien ponerse límites a uno mismo:
“No se espera de ti que te prendas fuego para mantener a otras personas abrigadas”
Realmente me resonó esta frase, ya que crecí intentando mediar los problemas que tenían mis padres y tuve más de un amigo que entró y salió de la sala de emergencias debido a temas de salud mental durante mi adolescencia, entre otras cosas. Siendo alguien que pasó la mayoría de su vida sintiendo que tenía que estar cuidando de otros a cualquier costo, fue un poco chocante escuchar que se me estaba permitido tener límites personales, incluso con las personas que realmente necesitaban ayuda.
Sé tu propia Felicidad:
Recuerdo un antes y un después, cuando teniendo 27 años mi padrino me dijo:
” No te hagas ni te inventes problemas, uno vino a esta vida a ser feliz”
Ten miedo, pero hazlo de todas maneras:
Tenía 13 años y estaba intentando enseñarle a mi hermana menor de 6 años a tirarse un piquero desde la orilla de la piscina. El proceso se estaba demorando un poco ya que mi hermana estaba bastante nerviosa. Estábamos en una piscina pública bastante grande y cerca de nosotras había una mujer, tendría unos 75 años, que nada lentamente de un lado al otro. Ocasionalmente se detenía y nos observaba. Finalmente nado hacia nosotras cuando yo presionada a mi hermana para que se tirara y ella gritaba “¡pero tengo miedo! ¡Tengo mucho miedo!” La mujer miró a mi hermana, levantó su puño desafiantemente y le dijo:
“¡Pues ten miedo! ¡y hazlo de todas maneras!”
Eso fue hace 35 años y nunca se me ha olvidado. Fue una revelación — no se trata de no tener miedo. Se trata de tener miedo y hacerlo de todas maneras.