Nuestros frenéticos estilos de vida, el bombardeo mediático por televisión y redes sociales sobre lo que es la vida perfecta, los cánones de belleza que nos imponen, la incapacidad de conciliar la vida social o familiar con la laboral o la idea de que debemos ser las número uno en todo. Muchos son los motivos y las causas que pensamos debemos aceptar que nos impongan y llevan como consecuencia el estrés y la ansiedad y que enferman a una sociedad que no sabemos muy bien hacia donde se dirige y que sienta sus bases en valores y principios erróneos. Cuando llegamos a ciertas edades y a ciertas etapas, no es raro haber sufrido episodios de estrés o ansiedad que, normalmente, se combaten recurriendo a la medicina y a los químicos. Aunque hay alternativas como el ejercicio o la meditación que no implican la medicación, hay otras sencillas alternativas para equilibrar nuestras cabezas y nuestras almas.
Actividades como cocinar, tejer, dibujar, dedicarnos a labores de jardinería o desarrollar actividades artesanales, son saludables y pueden ayudarnos a descubrir una pasión; numerosos psicólogos aseguran que hay placer en todo lo que conlleve un estado de concentración, es por es que las mismas se han convertido en el Nuevo Yoga. En Mujeres On Top recopilamos algunas actividades manuales que puedes añadir a tu rutina que serán de gran beneficio para tu mente y tu salud.
Manualidades y actividades artesanales:
La alfarería, la escultura, la carpintería o la restauración son actividades artesanales que necesitan que el foco mental se centre en lo que deben ejecutar las manos y, esta concentración ayuda a despejar la mente de otro tipo de pensamientos. Con ellas se desarrolla la paciencia, el temple y la satisfacción de llegar a obtener un resultado sin importarnos el tiempo invertido para ello; el proceso conduce a nuestra psique al aquí y al ahora, lo único que necesitamos para reencontrar el camino de la paz.
Cocinar:
Cocinar es un placer que implica satisfacer a los demás o a uno mismo y, además, es una actividad en la que se activan casi todos nuestros sentidos, el olfato, el gusto, el tacto y la vista por lo que, puede resultar estimulante y relajante a partes iguales. Esta extra-estimulación sensorial, posiciona nuestra mente justo en ese momento que estamos viviendo así que, si optamos por cocinar, lo recomendable es tomar tiempo para hacerlo con calma, con atención y con amor para disfrutarlo al máximo.
Dibujar o pintar:
No es casualidad que dibujar sea una de las actividades que más se les propone a los niños para manternerlos ocupados de una manera en la que actividad y concentración conviven en armonía. Dibujar posee esa combinación benéfica de repetición y concentración que hace que la mente encuentre placer en estar focalizada en algo que está dando un resultado inmediato; además, pintar o dibujar implica cierto grado de creatividad y espontaneidad, por lo que brinda la posibilidad de expresar partes de nuestra psique que no podrían salir a la luz de otra manera. Carl Jung en sus terapias, ya hacía que sus pacientes dibujaran mándalas como medida para aliviar su tensión o su sufrimiento.
Jardinería:
La jardinería es una de las actividades predilectas de los que buscan paz en hacer una labor manual y en un entorno relajante y en contacto con la naturaleza, lo que supone un plus para alcanzar la deseada tranquilidad. Estar rodeados de naturaleza, según algunos estudios, conduce a nuestro cerebro a un estado parecido al que tenemos cuando conseguimos dormirnos y que es conocido como “red neuronal por defecto”; se caracteriza por una atención volcada casi por completo al interior y a los procesos propios del cuerpo y de la mente. La ventaja, además, es que no se necesita tener un gran jardín para llevar a cabo esta inmersión botánica; los japoneses inventaron el cuidado de bonsáis y muchas personas disfrutan de terrarios dentro de recipientes de cristal por lo que se puede practicar la jardinería en espacios reducidos.
Tejer:
Aunque pueda parecer paradójico, todo indica que tejer es una actividad relajante porque implica un movimiento repetitivo que, sin embargo, necesita de una atención constante. Asimismo, sus beneficios para el cerebro a nivel neuronal han sido científicamente testados en pacientes que han presentado cuadros de depresión e, incluso, en programas de prevención del Alzheimer. Otros estudios, aseguran que en la actividad de tejer se desarrollan procesos parecidos a los de la meditación “mindfulness”, ya que implica que la mente esté concentrada pero no en tensión, sino al contrario, en un estado de tranquilidad.
Foto: Pexels.com