La vida nos puede cambiar de un día para otro. Muchas veces por decisión propia, otras porque la vida te da un vuelco y sin esperarlo debes comenzar de cero y trazar una nueva ruta de vida. Ángeles Milagros es el vivo ejemplo de una mujer valerosa que la vida le cambio para siempre tras ser diagnosticada con cáncer de seno. Han pasado 32 años desde ese día y Mujeres On Top conversó con ella sobre su impactante historia y como ha logrado salir adelante siendo considerada una de las mujeres con más años en remisión…
Ángeles… ¿Qué edad tenía cuando le diagnosticaron con cáncer de seno?
-Tenía 38 años, mi hijo iba para kínder en el Colegio Lourdes en Rio Piedras, Puerto Rico. En ese entonces él tenía 5 añitos.
¿Tuvo algunos síntomas o fue en un chequeo rutinario?
-Tenía la enfermedad fibroquística del seno, es una enfermedad bien generalizada. Por este motivo me veía una vez al año el médico. Después de cinco años me sale la primera calcificación y los médicos lo tomaron como algo natural. Me dieron cita un año después, pero debido a mi condición fibroquística del seno quise orientarme un poco más y es cuando decido asistir a una conferencia. En esa conferencia mencionaron que detrás de una calcificación podría darse el caso de tener un tumor canceroso. Luego de escuchar eso regresé a pedir la biopsia a mis médicos, les insistí y me la hicieron para tranquilizarme.
¿Cómo fue ese momento del diagnóstico?
-Fue bien embarazoso para los médicos decirme porque ellos me habían asegurado que la biopsia seria negativa a tal extremo que me dejaron para el ultimo turno de atenderme. Para sorpresa de ellos que habían asegurado que era negativa, fui diagnosticada con adenoma en el seno derecho con dos nódulos linfáticos positivos.
¿Cuáles fueron los tratamientos a seguir?
-Luego de la noticia agarré mis resultados y me fui a buscar otra opinión médica. Es cuando encuentro el medico que todavía me da seguimiento. Comenzamos en aquel tiempo con la mastectomía radical y con quimioterapia por un año.
¿Como cambio su vida luego de este proceso?
-Luego del diagnóstico, entro en una crisis en mi matrimonio de nueve años y me divorcio. Tuve que cambiar de casa, de pueblo y a mi hijo de 5 años de escuela. Con apenas un mes de operada iba guiando a tomar mis quimioterapias. Con todos esos cambios y con mucho esfuerzo logré sacar adelante a mi hijo y mis estudios de maestría en psicología clínica.
¿Qué le aconseja a una mujer que puede estar siendo diagnosticada?
-En mi experiencia aprendí que con lo primero que tenía que lidiar era conmigo y con la salud emocional de mi hijo que estaba pequeño. Había pasado mi operación y el proceso de divorcio y lo primero que hice fue llevarme a mi hijo a Disney para lidiar en otro entorno con lo que estábamos viviendo. Tenia que sacarlo a flote como fuera. Él fue mi motor. Yo decidí eso en ese momento. Es importante que en cualquier crisis los hijos vean a la mamá fuerte, que recojas tus pedacitos y sigas para adelante siempre en tu día a día. Eso fue lo que me ayudo…
¿Cómo es la vida después de 32 años de haber sido diagnosticada?
-No son los mismos tiempos. La ciencia ha cambiado mucho. Mi operación en aquellos años fue muy distinta a las que hacen en estos tiempos. Ahora te operan y te hacen una reconstrucción rápido. En mis tiempos se operaba distinto y dejaba cicatrices permanentes en el cuerpo que para la forma de vestir era complicado y te podía afectar tu autoestima. Los avances ahora son impresionantes, ahora sales con tu reconstrucción ya de sala de operaciones y eso contribuye un poco a tu proceso de recuperación. Menos cicatrices y estéticamente quedas muy bien.
¿Que hizo para lidiar con su salud emocional, que recursos utilizo?
-Indague y me llegaba información sobre diferentes lugares y fuentes para acudir y así entender y lidiar con la enfermedad. Luego de mi operación hice los ejercicios que me asignaron lo más rápido posible. Todo eso me ayudo y la alimentación junto al consumo de vitaminas. Busqué talleres para entretenerme con psicólogos y grupos de apoyo de personas que habían pasado por el mismo proceso que yo estaba enfrentando. Como consejera profesional me gustaría ayudar a otras mujeres que estén pasando por la situación que yo viví. El apoyo y las palabras de alguien que ya ha recorrido el camino que comienzas te ayudan grandemente.
¿Cuál entiende es el mejor consejo que le podría dar a las mujeres sobre sus chequeos médicos?
-Es importante que cuiden mucho de sí mismas, que se dejen guiar por su intuición y su instinto. No es solo palpar y autoexamen, es hacerte una mamografía y una sonomamografía. Eso es lo más importante, estudios profundos porque no es solo palpar un nódulo. Que busquen más de una opinión y no sean completamente crédulas. La detección temprana es importante. Los médicos se pueden equivocar, no tengas vergüenza de ser insistente y moverte si es necesario, es tu salud y más adelante puedes dar con un médico que te apoye durante el proceso. Yo cambie los médicos que originalmente tenía que me fallaron en la biopsia y todavía 32 años después continuo con el medico que me opero y que me da mis seguimientos. Esto es una enfermedad costosa y te deja huella en el cuerpo, te afecta los músculos, los huesos y tienes que lidiar con eso el resto de tu vida.
¿Cuál ha sido la mayor lección de vida que recibió y que nos quiera compartir ahora que tiene 71 años y una vida plena…?
-Que hay que cuidarse como persona y cultivar buenas amistades, gente incondicional, rodearte de gente buena. Tengo un grupo de amistades de muchos años que conservo y son importantes. Viajamos, cogemos cursos juntas y con el pasar del tiempo se han convertido en mi familia. Tener amigas y amigos que te den una opinión fuera de la familia. Que puedan salir, compartir y vivir buenos momentos. Al final es lo que nos queda para siempre, lo que vivimos.
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