Errores de belleza que no debes cometer

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A la hora de maquillarnos y vestirnos, a todas no nos sientan bien las mismas cosas. Además, ir a la última no es ‘colgarse’ todas las tendencias, y ser una misma tampoco conlleva renunciar a todo. Aquí te explicamos esos errores en los que no debes caer. Cuestión de buen gusto, pero sobre todo que te sientas comoda y estes al dia con esos “no” que te beneficiaran en gran medida con tu estilo. Ni seas fashion ni beauty victim, es sólo que descubras tu buen gusto.

A continuación los fallos más habituales en moda y belleza. Procura evitarlos y apuesta por lo que te sienta bien:

-Usar hidratante normal en el contorno de ojos.
¿Tienes bolsas o los ojos hinchados? No te excedas en una crema hidratante para el rostro en esta zona. Suelen ser más grasientas y puedes empeorar el problema en lugar de solucionarlo. Aplícate cremas específicas para esto o utiliza algun remedio casero (algodones en agua fría o rodajas de pepinillo) y date golpecitos con los dedos para activar la circulación.

-Convertirte en un joyero ambulante.
Elige entre un buen collar o unos aretes o pantallas, si quieres ponerte algo. Abusar de los dos complementos satura el look, resta elegancia a las prendas de vestir y, además, suma ‘años’. ¿Pendientes largos o pantallas gigantes y un súper collar? Con uno basta. Un consejo más: deja las perlas en el cajón de vez en cuando y apuesta por algo atrevido.

-No ir acorde con tu edad.
Viste sin perder la lógica. Es decir, ve adecuada a tu edad. No hay nada que nos envejezca más que querer parecer jóvenes y vestir las últimas tendencias adolescentes. Se trata, simplemente, de aplicar el sentido común. Ejemplos: que una minifalda siente bien depende mucho de las rodillas que deje a la vista; los pantalones rotos… sólo son aptos para ciertas edades.

-Botas, sí o sí. Pues no.
Los botas pueden ser tu peor enemigo porque al tapar el tobillo y acortar la pierna no sientan nada bien con piernas gruesas. Tienes que elegir con mucho cuidado el modelo y el color, y no abusar del tacón. En pierna corta, la bota plana puede quedar informal y divertido pero una de tacón, muy pretencioso.

-Delinear los labios de otro color. Uno de los errores más habituales que se comenten a la hora de pintar los labios es usar un delineador de un tono más oscuro que el del gloss o el lápiz. Si perfilas tus labios, hazlo con el mismo color de la barra porque, según las normas de la elegancia, el delineador no ha de notarse nada.

-Olvidarte del cuello.
¡Cuidado al maquillarte! Muchas de nosotras terminamos de hidratarnos o de maquillarnos justo al llegar a la barbilla. Y, sin embargo, la piel del cuello es muy delicada (más frágil y seca) y necesita protección extra. No te olvides de él en tu cuidado diario.

-Maquillarte de un tono diferente al de tu piel.
Es otro de los errores más comunes: solemos usar un tono superior al nuestro natural. Eso envejece mucho. Además, las pequeñas arrugas del rostro, cuyo interior es más claro aún, se remarcan más. El tono que debemos usar es justo el de nuestra piel: ni más claro, ni más oscuro.

-Llevar la cartera y los zapatos a juego.
Puede ser que estuviese de moda en los noventa, pero hoy es diferente, un estilo más personal y ecléctico. Los conjuntos de calzado, bolso y cinturón se han quedado anticuados. Y ya sabes: todo lo pasado suma años…Atrévete a romper tu estilo con una cartera o bolso de un tono brillante. Rojo o naranja te harán lucir muy fashion y diferente.

-Pasarse con la máscara de pestañas.
En este caso, menos es más. Si abusas de la máscara, las pestañas quedarán muy maquilladas y, aunque sean antigrumos, te verás toda espesada, no sueltas, y eso queda muy antiestético. Se llevan las pestañas postizas, sí, pero no abuses de ellas. A menos que sea Carnaval, póntelas con un largo favorecedor, que no resulte exagerado. Una cara delgada y angulosa puede permitírselas más largas.

-No equilibrar los volúmenes.
Las prendas que elijas para ponerte en la parte de arriba, deben influir en las que te pongas en la parte de abajo (y viceversa). Debes crear un conjunto armónico. Hay que tener cuidado a la hora de combinar las prendas para no arruinar la silueta. Se trata de mezclar con sentido común: no lleves prendas muy anchas o entalladas arriba y abajo. Olvídate de ponerte una camiseta entallada con un leggin o un pantalón ancho con un jersey oversize. ¡Compagina!

-No limpiarse la cara por la mañana…
La piel se regenera por la noche. Por eso, aunque acostumbres a cuidarte con una hidratante y un tónico antes de irte a la cama, tienes que repetir el gesto por la mañana: debido al propio proceso de regeneración, siempre habrá algún residuo que eliminar.

– … y no desmaquillarse bien por la noche.
Es una regla de oro. Debemos hacerlo si queremos preservar nuestra piel de toxinas e impurezas que la envejezcan prematuramente y que le den un tono apagado y mustio. Durante el día, el rostro acumula todos los gérmenes del entorno (quedan depositados en los poros); eliminarlos es básico. Se trata de un gesto que aporta bienestar más allá de la epidermis: dedicándonos unos minutos, generamos endorfinas y bajamos nuestro nivel de estrés. Que sea parte de tu ritual de belleza.

-Pintarnos mucho los labios y los ojos.
A la hora de maquillarte debes apostar por uno de los dos. Casi todas tendemos a abusar de la máscara de pestañas. Por eso, los expertos aconsejan pintarnos antes los labios para darnos cuenta de que no es necesario maquillar tanto los ojos (ya sabes: equilibrar siempre). Y otra cosa, nunca te apliques el colorete en el centro de las mejillas y de forma circular. Es otro error muy frecuente. El blush debe seguir el hueso del pómulo, desde la mejilla hasta la sien. Así, afinarás ópticamente tu cara y conseguirás un efecto lifting.

-Dejar la ropa interior a la vista.
¡Esos tirantes de silicona! Sinceramente, son un punto negro en cualquier vestuario (máxime, si vas de fiesta). Quedan mal por la sencilla razón de que son muy antiestéticos. Otra cosa son las transparencias que dejan intuir (no ver con claridad, ojo, hay que saber diferenciar) una lencería bonita. Eso puede quedar bien cuando resulta sutil, y siempre en función del color de la blusa y del sujetador (no combines colores estridentes).

-Combinar el maquillaje a juego con tu vestido.
¿Pintarse los ojos y los labios en el mismo tono de la ropa? Imposible dar una imagen natural de esta forma. Y no sólo eso: evítalo, porque quien esté a tu lado no sabrá adónde dirigir la mirada (se crea un circuito de color que distrae) y parecerás un ‘semáforo unísono’.

– Ponerte todas las tendencias juntas.
Estampados, brillos, texturas, colores… Todo no, ¡elige! Hay mil y una tendencias, no pretendas seguirlas todas en el mismo look. Debes aprender dónde está el límite: tu personalidad no puede perderse entre ellas. Si eres de las que siempre van a la última, no combines más de una tendencia con tus prendas habituales.

-Esconder las arrugas a base de maquillaje.
Poner demasiada base sobre ellas únicamente consigue que se noten más (por ejemplo, al sonreír). Aplícate siempre una ligera capa. y, en cuanto a los polvos por todo el rostro, ¡olvídalo! Realzan las arrugas y líneas de expresión aún más. Úsalos sólo en la nariz y en la barbilla.

-Abusar del eyeliner.
Subrayar demasiado el párpado inferior con un eyeliner de un color oscuro hace la mirada mayor y da aspecto de cansada (se confunde con las ojeras). Pinta la zona por debajo de las pestañas en un tono natural que te aporte luminosidad. De esta forma, tu mirada se llenará de una frescura instantánea y te quitarás unos cuantos años.

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