Cosas que las mujeres no deberían tener que justificar

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Ponerse a sí mismas en primer lugar. Cuando Barbara Walters le preguntó a Michelle Obama si era egoísta que ella abiertamente hiciera de sí misma su primera prioridad, respondió: “No, no, es práctico …. Muchas veces estamos bastante bajas en nuestra propia lista de prioridades porque estamos tan ocupadas cuidando al resto. Y una de las cosas que quiero que mis niñas aprendan es a invertir en sí mismas tanto como invierten en los demás”.

Qué tanto o poco estás comiendo, sobre todo si es “no saludable”. Puedes comer un gran almuerzo sin tener que decir “no he comido nada en todo el día” o comerte unos deliciosos nachos sin decir “me merezco totalmente esto, me porté tan bien esta semana, voy a comenzar la dieta de nuevo mañana”. Más importante aún, no deberías tener que ser interrogada siempre con “¿Eso es todo lo que vas a comer?” o “¡¿Te vas a comer todo eso?!”

Tener una alimentación sana por salud, no por perder peso. Porque por alguna razón, las personas tienden a ser escépticas de que una mujer en realidad sólo quiera tratar bien a su cuerpo y no estar perpetuamente preocupada de su peso.

No tener la fiebre del bebé. No eres más o menos mujer -o persona- si tener un hijo no es para ti. No deberías tener que respaldarlo con razones de que no tienes instinto maternal, pero tal vez lo consideres en el futuro porque “¡quién sabe, tal vez algún día!”, cuando realmente sabes que no quieres niños, pero no quieres ser catalogada como un monstruo sin corazón.

Tener la fiebre del bebé. Nadie debería tener que pasar por un interrogatorio cuando proclaman que, en efecto, quieren tener niños cuando jóvenes, ya que es igual de aceptable sentirse de esta manera, como lo es la alternativa. Si quieres viajar, viajarás. Si quieres seguir una carrera, además de la maternidad, deberás seguir. Mientras estés enterado de las consecuencias, no necesitas darles una justificación adicional a personas que no se sienten de la misma manera.

Disfrutar de lo que, de otro modo, se llamarían placeres culpables porque son “cosas de mujeres”. Estos no tienen que ser placeres “culpables”, pueden ser sólo placeres. Puedes disfrutar de ir a pintarte las uñas y usar una falda y volver a ver “13 Going On 30” (“Si yo tuviera 30”) mil veces y sin caer en estereotipos.

“Verte mal hoy”. Cuando una mujer sale de la casa sin arreglarse y se encuentra con alguien conocido, tiende a sentir la necesidad de pedir disculpas por ello. No tienes que pedir perdón a alguien por no ser de cierta manera, tienes que pedirte disculpas a ti misma por sentir eso.

El peso. Ya que la talla realmente no determina lo que “una verdadera mujer” es o no es.

La cantidad de maquillaje usado en un día determinado. Si quieres estar al natural, hazlo, y si quieres parecer como si estuvieras en un show de ficción, puedes hacerlo también. Tu cara. Tus reglas.

La elección de ropa. No tienes que decir que usas leggings “porque son muy cómodos”, o un vestido muy corto, porque “quieres tener una noche loca.” Estas cosas no requieren de ninguna explicación, y no debes dejar que otras personas te presionen a sentir eso.

Estar molesta por algo que implica una respuesta emocional. No tienes que pedir perdón por sentir algo o expresar algo que en realidad no sientes. La gente que te juzga por ser un ser humano y tener emociones, es la que debe pedir disculpas.

Cambiar una relación si ya está invertida y lista … o simplemente poner una relación primero si es una cosa saludable y feliz o algo en lo que tú quieres/necesitas trabajar. Hay una gran diferencia entre ser pisoteado y participar de igual a igual en una relación, un papel que normalmente requiere de compromiso y esfuerzo.

Querer casarse joven.

No querer casarse joven.

Ser atractiva a pesar de algo. No tienes que justificar tus llamadas – imperfecciones con aquellas cosas que te gustan de ti – no eres atractiva porque tienes un hermoso pelo a pesar de tener un poco de sobrepeso. Puedes ser atractiva sin tener que encajar en las convenciones sociales. La escala continua de belleza fue construida para hacernos sentir inseguras y comprar un montón de productos para arreglar eso.

Pasar los “plazos sociales” de las cosas. ¿A quién le importa si tienes 35 y sigues igual de soltera que hace 15 años? La vida no se inicia cuando llega alguien o algo y entonces la sociedad dice que puede empezar. No tienes que dar excusas de por qué no estás casado o con hijos o trabajando. Nuestras vidas no están destinadas a ser escritas todas iguales. Cuando aceptas la narrativa de otra persona, es porque no te estás escuchando a ti mismo con la claridad suficiente.

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