10 Tips Para Lograr Ser TU Prioridad

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Parte de comenzar a experimentar con el cambio y ser consciente significa crear espacios para demostrarnos amor propio. Muchos de estos actos se basan en colocarnos como la prioridad número uno en nuestra vida. Tranquila que es posible dejar la culpa y aprender a colocarte como prioridad. De hecho, te sorprenderá la simplicidad de algunas estrategias aplicables en tu vida. Aprende algunas a continuación:

Formas de Colocarte como Prioridad

1) Muéstrate a ti misma la amabilidad y el respeto que mostrarías a otros.

Brindarte amabilidad no es fácil si no estás acostumbrada a recibirla. Si quieres comenzar a hacerlo, primero comprende que eres libre para ser quién eres, que te mereces colocar límites, crear, tomar tus propias decisiones, perdonarte tus «errores», ver estos como experiencias y todas aquellas atenciones que tienes con otros, pero que, por algún motivo olvidas tener contigo misma. Comienza con una: mira aquello que has vivido como una experiencia y escribe aquello que has aprendido de esos «errores» cometidos. Así verás que no hay experiencias poco valiosas.

2) No contestes llamadas o mensajes todo el día.

Hasta hace unos meses atrás no comprendía esto. De hecho, pensaba que si alguien me escribía o llamaba ¡tenía la obligación de responder! Ahora entiendo que no es así. La verdad es muy liberador simplemente decidir que por unas horas: «No estarás disponible». Inténtalo de vez en cuando. No lastimaras a nadie, no causarás desastres naturales, así que NO hay nada que temer. Claro que si trabajas con urgencias, esto es más difícil de realizar, así que te convendría otra estrategia.

3) Reduce tu lista de tareas por hacer.

No necesitas hacerlo todo en un día. Para comenzar:

  • Escoge tres ítems de tu lista y enfócate en estos.
  • Divídelos en micro-tareas.
  • Cada micro tarea tendrá a su lado un cuadrado para colocar un visto cuando lo termines.
  • También puedes utilizar aplicaciones como para organizarte y no tener que cargar ninguna lista física o perderla. Además de poder acceder a estas listas y tareas desde cualquiera de tus dispositivos. Estos pequeños pasos crearán mayor cantidad de bienestar en tu vida al reducir el estrés. Así, organizarte será mucho menos abrumador para tu cerebro.

Otra cosa importante es saber cuándo descansar. Si estás cansada o con ganas de procrastinar… Piénsalo dos veces. Mira si no te estás dando los suficientes breaks (descansos), o si es que tienes miedo. Si aún tienes energía al terminar con una tarea, sigue con el resto de cosas, y si no, descansa por unos minutos, verás la diferencia.

4) Disminuye el número de personas en tu vida.

Especialmente si son tóxicas para ti. A veces pensamos que si alguien tiene nuestra misma sangre, (es decir, si es parte de nuestra familia), no debemos separarnos de esa persona o que estamos siengo egoístas si lo hacemos. Esto no podría ser más falso. Hay personas y personas, y sin importar quiénes sean, habrán seres en nuestra vida que deberemos dejar atrás en algún momento. No contactar familiares o ex-amigos quienes no te aportan nada positivo, invalidan tus emociones, sentimientos o experiencias de vida, buscan hacerte sentir mal o no te respetan ESTÁ BIEN. No hay por qué sentir culpa al hacerlo.

5) Enfócate en descansar.

Darte respiros es vital para mostrar que eres tu prioridad y hacer que tu mente y organismo comprenda que descansar es importante para ser productiva. Es importante NO SER productiva las 24 horas del día. Comprende que tu valor NO depende de qué tanto hagas o logres. Si te es difícil y eres de las personas que agendan y organizan todo, inclúyelo como parte tu día. Coloca «no hacer nada por 15 o 20 minutos». Esto te dará tranquilidad para relajarte en lugar de pensar en todo lo que no estás haciendo.

6) Crea una rutina que te defina como prioridad.

Para esto, necesitas saber dos cosas: Tus sueños y las actividades que realizarás para volverlos realidad.

  • Define qué quieres en una lista, todas tus metas y objetivos.
  • Elige dos o tres de estos, los más importantes y colócalos uno en cada fila.
  • Si no sabes nada de alguno, coloca primero «tiempo para aprender sobre este tema específico». Designa una hora o dos a la semana.
  • En cambio, si conoces al respecto, comienza a actuar. Empieza a crear pequeños pasos, de cada meta que tienes.
  • Así cada día no será únicamente trabajo, ruido, transporte, rutina… sino que tendrás tiempo para ti y lo que quieres lograr.

7) Date permiso.

Cuando quieras hacer algo y no encuentres motivos para hacerlo, repite esto: «Me doy permiso para: (soñar, desear, tener un hobbie, etc.) «. Nadie va a darte permiso, te lo tienes que dar tú misma.

Es decir que, si deseas:

  • Cambiar tus planes a última hora.
  • No sonreír.
  • Mostrar tus verdaderas emociones.
  • Expresar tus deseos y necesidades.
  • Comenzar tu negocio.
  • Darle oportunidad a ese pasatiempo pospuesto por años.
  • Entre otras cosas.

Ten en cuenta que está BIEN hacerlo. La única persona con el poder de darte o quitarte permiso para realizar estas actividades, eres tú. No esperes el permiso de nadie más para comenzar a cambiar. A menos que seas menor de edad y dependas de tus padres 😉

8) Sé consciente de tu diálogo interno.

Paz mental parecería un objetivo imposible de alcanzar en estos días. Especialmente si tu diálogo interno «negativo» se activa.

Cuando te encuentres diciéndote a ti misma cosas como:

  • «Debiste haber hecho el informe de esta forma»,
  • «te lo dije»,
  • «eso estuvo muy mal»,
  • «es lo peor que has hecho»,
  • «como pudiste hacerlo»,
  • «eres una inutil o cosas similares, DETENTE.

Cambia esas frases por cosas como:

  • «Me equivoqué, pero puedo corregirlo»,
  • «No soy una inútil, simplemente cometí un error, a todos nos sucede a veces»,
  • «cosas peores han sucedido y, he logrado salir bien»,
  • «puedo hacerlo nuevamente, se trata de probar, corregir y aprender en el camino, no saberlo todo perfectamente en un día».

Las palabras tienen un gran poder. Mientras más las piensas, les otorgas más energía. Si eres consciente de lo que dices y lo detienes, cambiarás poco a poco tu diálogo interno hacia uno más positivo y productivo.

9) Pon como prioridad tus definiciones de éxito.

Es cierto, vivimos en un mundo donde el dinero está asociado al llamado éxito. Muchas veces, la percepción social de éxito se traduce, además, en como luce tu cuerpo, tu cara, cuánto dinero tienes en el banco, el auto que manejas, la ropa que vistes, etc.

¿Pero y si estos estándares no coinciden con los tuyos?

Si las opiniones de otros están por encima de las tuyas, probablemente debas definir tus prioridades y determinar lo verdaderamente importante para ti. Sin importar opiniones ajenas, tus sentimientos, creencias y pensamientos merecen ser expresados y escuchados. Si no te sientes a gusto con tu «éxito», redefínelo. Aprende a escucharte! Tu intuición usualmente sabe para dónde guiarte. No permitas que tu mente se vuelva tu enemiga o que malos hábitos como fumar, beber alcohol o consumir alimentos para aplacar tus emociones negativas dominen tu vida. Redefine y prioriza.

10) Tu valor no se define por cuánto hagas por otros.

No necesitas «salvar» a alguien o arreglar su vida para tener valor. Mucho menos hacerlo buscando su cariño, amor, aprobación o aceptación. Quien te quiere de verdad no está pidiendo nada a cambio de su amor. Si hay individuos en tu vida que te condicionan para darte valor, considera que no es un ambiente sano para tu desarrollo. Así mismo, habrán personas quienes intentarán aprovechar tus inseguridades y su poder sobre ti. Tratarán de que siempre hagas más de lo necesario y, probablemente, nada será suficiente. En cualquier caso, son personas tóxicas. Se comportan así porque probablemente es todo lo que conocen. Sin embargo, eso no significa que debes permitírselos. Si te es difícil, ten en cuenta que tu valor no se estima por el número de acciones realizadas, metas cumplidas, favores otorgados o personas que te aprueban. Tienes valor por el simple hecho de estar viva. No lo olvides nunca.

Aprende a decir NO, sino jamás serás tu prioridad

Di que no, a menos que el SI se sienta desde tus adentros. Negarte no te hace una mala persona. No es fácil. Por eso sé que no sirve de nada «mantener la paz» en lugar de hacer escuchar tu opinión para evitar confrontaciones. Sobre todo porque a largo plazo no es sostenible, crea problemas y resentimientos. Si tienes algo que decir, incluido el no, dilo y hazlo SIN culpa. A veces debido a la baja autoestima la culpa invade porque creemos estar obligadas a decir que si constantemente. Pero dar y hacer continuamente no es necesario para recibir aprecio, valor o cariño. Si te da vergüenza comenzar a negarte, recuerda esto: cada vez que dices SI a otros, te dices NO a ti misma. Eso no es justo contigo, ¿o si? Si aprendes a colocarte como prioridad, otras personas comenzarán a hacerlo también y a respetarte más a ti y los límites que pones. Se paciente y firme. Sobre todo recuerda que tú puedes.

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